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Ya sea que trabajes en una empresa establecida, una startup, una organización sin fines de lucro o en el gobierno, lograr tu visión en el mundo actual depende de tu capacidad para liderar cambios continuos desde dentro de tu organización. En esta publicación, explicaremos por qué el liderazgo ágil y el Agile Coaching son esenciales para la Business Agility y qué implica el proceso de desarrollo de capacidades para las organizaciones.
Para empezar, ¿Qué es Business Agility?
El Business Agility Institute lo define como "un conjunto de capacidades organizativas, comportamientos y formas de trabajo que brindan a tu empresa (u organización) la libertad, flexibilidad y resistencia para lograr su propósito, sin importar lo que traiga el futuro".
Entonces, ¿Cómo lo logramos?
En los últimos veinte años, hemos visto diferentes enfoques de transformación ágil que han tenido diferentes niveles de éxito. Surgiendo como líderes en estos esfuerzos, el Agile Team Coaching y Enterprise Coaching han pasado de ser términos desconocidos a roles buscados y trayectorias profesionales populares. Sin embargo, muchas organizaciones han tropezado, se han estancado y han luchado en la montaña rusa de la transformación ágil. En la mayoría de los casos, esto se debe a que estas iniciativas toman la forma de una transformación liderada por procesos, donde el 90% del enfoque se centra en marcos de trabajo, metodologías, herramientas y técnicas.
Mientras tanto, la agilidad sostenible real se logra a través de las personas, no del proceso. En lugar de una transformación ágil liderada por procesos, se trata de un viaje mucho más profundo de cambio cultural y de comportamiento que ayuda a las organizaciones a construir las capacidades que necesitan para prosperar en respuesta al cambio, deleitar a los clientes y liberar todo el potencial de las personas.
Desarrollando un liderazgo ágil
Imagina líderes que incentivan asumir riesgos, dan espacio a los equipos para innovar, ajustan la estrategia basándose en los conocimientos directos de los clientes y dejan que el propósito impulse el proceso. Imagina una fuerza laboral alineada y apasionada por la misión de tu organización. Imagina un lugar donde las personas no solo estén seguras, sino que también se les anime a desafiar el statu quo y fomentar el pensamiento divergente. Imagina a todos trabajando como un equipo, conscientes de cómo su trabajo se alinea con los objetivos estratégicos. Si te acercas más, verás que estamos hablando de comportamientos observables, no de herramientas, procesos, etc.
Muchos de estos comportamientos son comportamientos ejecutivos y de liderazgo. Como mínimo, son comportamientos que los líderes deben interiorizar y ejemplificar. Como se discute frecuentemente en el desarrollo del liderazgo:
"Como líder, no puedo llevar a una organización más lejos de lo que yo mismo puedo llegar. Si no he desarrollado la presencia y la autogestión para estar y crear alineación a partir del conflicto en los equipos y las organizaciones, no puedo modelar ni crear el entorno para que los demás hagan lo mismo".
En primer lugar, los líderes deben transformarse a través de un viaje de desarrollo vertical antes de poder catalizar el cambio de comportamiento esencial en toda una organización.
Desarrollo vertical
El desarrollo vertical del liderazgo se centra en expandir la mentalidad, los modelos mentales, la capacidad para interpretar y comprender, y en general, la presencia e identidad de una persona como líder. Se enfoca en los comportamientos y el "ser" del liderazgo. Esto contrasta con el desarrollo horizontal del liderazgo, que se trata de aumentar el conocimiento, las habilidades y la experiencia. Desarrollar agilidad en el liderazgo requiere enfocarse en la autoconciencia, el autogobierno, el desarrollo de una mentalidad de crecimiento y la evaluación y el autodesarrollo continuos.
El viaje también incorpora la agilidad en las relaciones, lo que incluye habilidades de inteligencia emocional y la capacidad para desarrollar líderes en todos los niveles de las organizaciones. A nivel organizacional, los líderes ágiles también deben cultivar una fuerte conciencia situacional y de sistemas a medida que aumentan su capacidad para dar sentido y liderar en la complejidad. Esta transformación personal implica dejar de lado la experiencia y tener la respuesta correcta a favor de crear un entorno de aprendizaje y cambio continuo.
¿Cuál es el papel del coaching en todo esto?
El camino hacia la agilidad en el liderazgo es constante y requiere disciplina e intención. Además, para prosperar en la complejidad, las organizaciones necesitan líderes en todos los niveles que realmente asuman su realidad y su impacto en la organización. A nivel empresarial, el coaching es esencial para colaborar con los líderes en su propio desarrollo y co-crear estrategias de cambio alineadas con la visión de la organización.
Los Enterprise Agile coaches tienen un profundo conocimiento de los sistemas organizativos y ayudan a asesorar sobre las estructuras, procesos y medidas que mejor respaldan los resultados de negocio. También ayudan a desarrollar una cultura de aprendizaje que permite a la organización adaptar sus estructuras, procesos y medidas cuando la realidad organizativa inevitablemente cambia. Sin la agilidad en el liderazgo, las organizaciones se quedan con un conjunto de herramientas y técnicas que inevitablemente no logran generar el cambio cultural y de comportamiento profundo que impulsa la agilidad empresarial.